#CasoCurauma / Tutela Judicial: Caso Curauma y Caso Hermosilla
#CasoCurauma / Tutela Judicial: Caso Curauma y Caso Hermosilla
La tutela judicial, principio esencial del Estado de Derecho, busca garantizar la protección de los derechos de los ciudadanos a través de un sistema judicial imparcial y efectivo. Tanto el Caso Hermosilla como el Caso Curauma han revelado profundas fallas en esta tutela en Chile, exponiendo cómo el poder y la influencia pueden distorsionar la justicia. A pesar de las diferencias en los detalles específicos de estos casos, existen notables similitudes que subrayan la vulnerabilidad del sistema judicial.
En ambos casos se observa una manipulación deliberada del sistema judicial para favorecer intereses privados. En el Caso Hermosilla, esta manipulación se da a través de la influencia indebida de relaciones personales y corrupción explícita. Las grabaciones reveladas muestran cómo abogados y otros actores discutían estrategias para influir en decisiones judiciales, utilizando su poder y conexiones para obtener resultados favorables.
Por su parte, en el Caso Curauma, la manipulación se realiza mediante la intervención en el algoritmo de asignación de causas en el 2do Juzgado Civil De Santiago. Aquí, la tecnología se convierte en un instrumento para distorsionar la justicia, permitiendo que abogados influyentes manipulen el proceso judicial a favor de sus clientes en un proceso de quiebra.
Ambos casos reflejan un debilitamiento significativo de la tutela judicial. En lugar de actuar como un baluarte de la justicia y la equidad, el sistema judicial se muestra vulnerable a la manipulación por parte de actores poderosos. Esta situación pone en entredicho la capacidad del Poder Judicial para cumplir con su deber de proteger los derechos de todos los ciudadanos por igual.
En el Caso Hermosilla, la falta de transparencia y los mecanismos informales que escapan al escrutinio público permiten que la corrupción florezca. En el Caso Curauma, la falta de controles efectivos sobre el uso de la tecnología crea un entorno donde la manipulación es posible, erosionando la integridad del sistema judicial.
Otra similitud clave entre estos dos casos es la erosión de la confianza pública en el sistema judicial. Cuando se revela que el sistema puede ser manipulado por aquellos con suficiente poder o influencia, se socava la fe de la ciudadanía en la justicia como un principio equitativo. La confianza pública es un componente esencial de cualquier sistema judicial funcional, y su erosión amenaza gravemente el Estado de Derecho.
Ambos casos subrayan la necesidad urgente de reformas en el sistema judicial chileno. La manipulación del sistema, ya sea a través de relaciones personales corruptas o de la intervención tecnológica, debe ser enfrentada con medidas que fortalezcan la integridad y la transparencia del proceso judicial. Esto incluye desde la implementación de controles más estrictos sobre la influencia externa en las decisiones judiciales, hasta la revisión y mejora de los sistemas tecnológicos utilizados en la asignación de causas.
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